Querida derecha que hoy estás en el gobierno:

Cada ser humano tiene algunas contradicciones que podrían, a veces, ser insalvables. Dependiendo el caso eso puede ser manejable. No obstante la vergonzosa manera en que el gobierno de mi país, Puerto Rico, se ha comportado (desde siempre pero específicamente hablemos del presente) de forma tan vergonzosa que me he sentido compelido a escribir esto.

Mientras tenemos un gobernado”r” que no puede esconder por más de cinco o diez minutos su falta de capacidad para hablar en público y dirigirse efectivamente ante un pueblo, nos gastamos una legislatura que bajo el disfraz de valores cristianos, viola los derechos de los demás y abusa de su poder. En más de una ocasión me he visto en la necesidad de gritar “basta” cuando me citan las palabras de algún/a senador/a hablando de valores. Siendo un cristiano heterodoxo y poco común entiendo que no muchos compartan mi forma de pensar:

Quiero empezar por un tema escabroso para alguien en mi tamaño, el ayuno. Hace unos meses atrás el senador Johnny Mendez llamó a un “ayuno de 40 días” grandemente criticado principalmente debido al uso de un puesto electivo para promover una creencia religiosa. Buen punto que se ha discutido ad nauseum y por tanto quiero moverme a otra perspectiva.

El ayuno es un ejercicio donde se pone a prueba el dominio que se tiene sobre el cuerpo. Un cristiano usa ese tiempo como uno de reflexión y sometimiento a Dios. Lo cual exige una preparación mental y espiritual que, en mi opinión, este caballero pasó por alto en total conveniencia. Por ejemplo, en el capítulo 58 de Isaías el Señor le habla al pueblo de Israel y le dice, luego de decirle no ayunen como ahora que lo hacen para levantar contiendas etc…:

“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?”

No puede conectarse uno con Dios si primero se desconecta del mal que aqueja a aquellos que nos rodea. YHWH, como dijera en una ocasión el autor Max Lucado, está más interesado en un corazón con la actitud correcta en vez de la práctica correcta. El mensaje de Isaías es claro, querido gobierno, el dejar de comer en nombre de Jesús te acerca a la presencia gloriosa del Señor tanto como a mí me acercaría a janguear con Silvio Rodríguez el aprenderme un par de sus canciones.
Por otro lado Jesús, hablando del tiempo que el creyente debe pasar en oración y meditando en la lectura bíblica, nos dejó absolutamente claro que esto debe ser en principio una práctica privada. Dijo Jesús (que no me lo puedo imaginar de pelo cortito, apoyando a la milicia y sin señalar la hipocresía del liderato religioso de su época) que era mejor encerrarnos en nuestro aposento y tener ese tiempo a solas con nuestro Dios que ir publicándolo en las calles. No puedo uno llamarse cristiano y vivir en las mismas actitudes de las personas que El Cristo llamó sin rodeos: “Hipócritas, sepulcros blanqueados, hacedores de maldad a quienes NUNCA conocí.”

Es importante notar que mientras ocurría este ayuno el alcalde del pueblo de Guaynabo, el ya infame Hector O’neill había sido acusado varias veces (de hecho, desde hace años) de hostigamiento sexual y violación. Además se entró en contubernio con intereses fuera de los intereses del pueblo para destruir poco a poco no solo nuestro sistema educativo y nuestros derechos laborales sino que también han mantenido una forma sistemática de opresión de los derechos civiles y humanos que deben ser garantizados según la constitución que ellos están llamados a seguir.

A todas estas me pregunto, ¿es este el Cristo que me salvó? ¿Actuaría de la forma en que actúan nuestros gobernantes ante una persona que se expresa en su contra? ¿Le daría Jesús, criado por un carpintero y una ama de casa, un codazo a alguien que protesta porque le van a quitar su empleo? ¿Estaría dispuesto Jesús a apedrear un homosexual o le recordaría cada uno sus indiscreciones morales? ¿Estaría El Cristo interesado en meter a la cárcel a un marihuanero con ansiedad, agorafobia y artritis o preferiría sentarse a hablar sobre lo que le duele?

En conclusión, no pido que se cambie la forma de pensar de la noche a la mañana. El proceso de crecimiento espiritual es el de cada uno y estoy consciente de cuan lejos estoy de mis propios ideales. Pero antes de abrir la boca para decir que haces algo en nombre de la fe que profesas, querida derecha que gobiernas, te recuerdo que nuestro Dios encarnado nos llamó a imitarle y dijo: “aprendan lo que esto significa; misericordia quiero y no sacrificios que yo NO daría.”

W.W.J.D