A veces salta en mi pecho
una breve canción feliz.
Extática sonrisa que enchina mi piel
de la misma forma que algunas veces Coltrane
me empuja a apretar el paso, incluso de mis pensamientos.

He aprendido a respetar esa canción feliz y dejarla ser.
Que sabe ser breve como nube desgajada
por un chubasco repentino sin dejar de ser canción.

Incluso poco a poco voy aprendiendo
Y aunque siempre termina
llegando a un final justo cuando estoy aprendiéndomela
siempre deja conmigo, algo de su tonada.